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martes, 7 de junio de 2011

El Partido Conservador es el que reconoce y sostiene el siguiente programa:




Programa 1849

·         1. El orden constitucional contra la dictadura.  
·         2. La legalidad contra las vías de hecho.  
·         3. La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadoras contra la inmoralidad y las doctrinas corruptoras del materialismo y del ateísmo.  
·         4. La libertad racional, en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el despotismo monárquico, demagógico, literario, etc.  
·         5. La igualdad legal contra el privilegio aristocrático, universitario o cualquier otro. La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y la persecución, sea del católico contra el protestante y el deísta, o el ateísta contra el jesuita y el fraile, etc.  
·         6. La propiedad contra el robo y la usurpación ejercida por los comunistas, los supremos o cualquier otro.  
·         7. La seguridad contra la arbitrariedad de cualquier género.  
·         8. La civilización, en fin, contra la barbarie.  
En consecuencia, el que no acepta estos principios no es un Conservador. El Conservador condena todo acto contra el orden constitucional, contra la legalidad, contra la moral, contra la igualdad, contra la tolerancia, contra la propiedad y contra la civilización sea quien fuere el que lo haya cometido. Y aprueba todos los actos a favor de estos grandes objetos, sea quien fuera el que los haya ejecutado. Ser o haber sido enemigo de Santander, de Azuero o de López, no es ser Conservador.

Ellos también defendieron en diferentes épocas los principios Conservadores. Haber sido amigo de estos o de aquellos caudillos en las guerras por la independencia, por la libertad o por la Constitución, no constituye a nadie Conservador, porque algunos de estos caudillos han defendido también, en alguna época, principios anti-conservadores. El Conservador no tiene por guía ningún hombre. Esto es esencial en su programa. Si alguno o muchos hombres eminentes del Partido se apartan del programa, el partido los abandona, los rechaza.

El Partido Conservador no acepta ningún acto ejercido en su nombre contra su programa. Ninguna aserción que esté en oposición con estos principios, sea cual sea su procedencia. El Partido Conservador no quiere aumentar sus filas con hombres que no profesen, teórica y prácticamente, los principios de su programa. Por el contrario, le convendría que si en sus filas se hallan algunos que no acepten con sinceridad estos principios desertasen de una vez.

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